
Escultura de planchas de negro refractario, imitando la caja vacía del escultor Jorge Oteiza. Oteiza y Chillida Trabajaron con planchas de hierro estudiando el vacío dentro de la pieza, una de las búsquedas más importantes en la escultura del siglo XX. Para esta pieza se dibujaron las plantillas de todas las caras y se prepararon planchas de cierto grosor en las que se recortaron las mismas; es importante calcular este grosor para restarlo, ya que si no no encajarán bien. Se cosieron con barbotina, ayudándose de soportes mientras se hacía. Una vez terminada se coció en alta temperatura.

